Sería perfecto si el amor tuviera un GPS: "Nueva dirección: evitar la zona de amigos". Pero no, la vida amorosa no tiene esa opción. Este fenómeno que todos temen, donde uno entrega el alma pero recibe un cariñoso "eres como mi hermano/a", ha sido motivo de frustración para muchos. Aquí exploramos su misterio, qué lo origina y cómo cambiar